CÓMO ESCRIBIR Y CONTAR UN CUENTO PARA REALZAR UNA BUENA NARRACIÓN
- roserproscopywriter
- 20 dic 2020
- 5 Min. de lectura
Contar un cuento parece, a simple vista, una tarea fácil, pero ante un público exigente como el infantil, es mejor dotarse de unos cuantos recursos y técnicas.

Hay quien dice que los cuentos ya están todos inventados. ¡Eso es mentira!
También hay quien afirma que los niños de hoy se aburren con los cuentos porque con tanta pantalla y tanta maquinita, su imaginación va dirigida a un mundo digital que no entiende de páginas de libros ni de ilustraciones de cuento. También es mentira.
Los niños, hoy igual que ayer, siguen siendo niños. Esa es la pura verdad. Y les siguen gustando los cuentos, las historias fantásticas con personajes que viven en países lejanos a los que acontecen todo tipo de cosas extraordinarias.

Ahora que estamos entrando con paso firme en las fiestas navideñas y por lo tanto, los más pequeños de la casa estarán de vacaciones, es el mejor momento del año para inventar con ellos historias nuevas que resulten fascinantes, con los personajes clásicos o con otros nuevos (porque los tiempos cambian pero no tanto), con toda la fantasía que mayores y pequeños quieran poner en la historia.
Hoy os traigo un post más para escritores que para copys, pero ¡qué diablos! Todos nos dedicamos a escribir.
A la hora de irse a dormir, a los niños les suele apetecer escuchar un cuento. Incluso alguno repetido del que ya conozcan el final. Ese detalle no suele importarles si la historia vale la pena.

Dejadme deciros que de niña, me encantaba escuchar las historias que mi bisabuela se sacaba del bolsillo; y cuando he tenido a mis hijos, escribir cuentos para ellos ha sido un placer. De hecho, en cierta ocasión hace ya algunos años, los tres nos inventamos una fábrica de cuentos, escritos con más o menos gracia. Si entráis, aquí podréis leer algunas historias de nuestro repertorio.
Hacer soñar a los niños

Los cuentos que van expresamente dirigidos al público infantil hacen vivir en sus episodios a personajes fantásticos y extravagantes, como animales que hablan, príncipes y princesas de reinos lejanos, brujos, dragones, hechiceras y un sinfín de niños y niñas con alguna característica peculiar, que se meten en aprietos.
Las bellas narraciones de Andersen, Perrault, los hermanos Grimm, han ayudado a creer en la magia a seis generaciones y ahora, ya creciditos, ha llegado para los adultos el turno de hacer soñar a los más pequeños. Es una tarea sumamente agradable y con práctica y un poco de técnica, el momento del cuento se convierte en uno de los mejores del día.

La definición de cuento
Según el Diccionario de la Lengua Española, un cuento es "una narración corta que explica un hecho legendario y ficticio, con la intención de entretener, divertir, moralizar y enseñar".
Los cuentos siguen la estructura clásica de introducción, nudo y desenlace.
En la introducción se plantea la historia y se presenta a los personajes.
En el nudo se desarrolla la trama, se expone el conflicto que implica a protagonistas y antagonistas y se coloca al oyente en el punto álgido de la situación.
En el desenlace se ofrece la solución de la historia con sus conclusiones.
Los cuentos infantiles suelen tener una fórmula de inicio (tal como "érase una vez", "había una vez" o "érase una vez que se era") y una de salida (del estilo "y fueron felices y comieron perdices"), ya que los cuentos suelen acabar bien.

La tarea de los cuentacuentos
Parece que explicar un cuento no debe comportar ningún problema, pero a la hora de la verdad, ante un exigente público infantil, contar bien un cuento, lo que se dice bien, no solo leerlo sino explicarlo, hacerlo vivir, no es tan fácil: se requiere una cierta dosis de gracia y un poco de técnica.
El primer requisito de indispensable cumplimiento es saber elegir el cuento, atendiendo a algunos condicionantes. El primero es la edad de los oyentes ya que, dependiendo de esta variable, cambiará su nivel de comprensión y su capacidad de atención. Así pues, la primera obligación del buen cuentacuentos es acertar en la elección de la historia.

Adaptar el lenguaje a los más pequeños
Una vez escogido, el cuentacuentos deberá ser capaz de adaptar su lenguaje para facilitar el entendimiento de los pequeños, igual a la hora de escribir el cuento como a la de explicarlo. Es una buena idea preparar una ambientación adecuada al cuento: una iluminación conveniente, una mínima escenificación y quizá algún muñeco o títere, darán más fuerza, vivacidad y credibilidad a la historia y a quien la cuenta.
Sin embargo, no disponer de elementos externos y contar sólo con el apoyo de un libro o de la propia memoria, no debe representar ningún obstáculo en el camino hacia el éxito del cuentacuentos, porque, como decía el escritor francés Antoine de Saint-Exupéry, "los niños tienen mucha tolerancia con los adultos".

Características del buen narrador
Un buen narrador debe ser capaz de convencer con su voz, sus gestos, sus movimientos y su cara. Se precisa imaginación, expresividad y teatralidad y grandes dosis de empatía comunicativa para que se produzca la magia con los oyentes infantiles. Una vez establecida esta conexión entre el adulto que cuenta el cuento y el niño que lo escucha, la complicidad está asegurada y el éxito de la historia está garantizado.
Un cuentacuentos no debe limitarse a leer una historia usando palabras más o menos certeras, sino que debe hacer soñar a los niños, transportándoles con su narración hasta el mundo imaginario en el que viven los cuentos (los de ahora y los de siempre) dándoles el punto de vivacidad y certeza que "enganche" a los niños.
Es aconsejable aprenderse los cuentos ya que esto garantizará la explicación fluida de la historia. No es necesario memorizar todas las palabras. Simplemente explicar la historia con las propias palabras estará bien. Lo que se pretende, simplemente, es que no haya ninguna interrupción. Esto facilitará el seguimiento de la trama, dándole un aire de "cosa vivida".

Variar el tono de la narración resulta fundamental
Es importantísima la entonación, las pausas y el suspense. Si el narrador mantiene siempre el mismo tono, se puede provocar aburrimiento y falta de atención. Una pausa breve pero contundente en el momento álgido de la historia mantendrá a los oyentes a la expectativa y conllevará un deseado suspense que se verá cumplido con la emoción final del desenlace.
A la hora de escribir el cuento, es mejor no entretenerse en descripciones largas y detalladas. Las frases cortas y claras ayudarán a los niños a crear sus propias imágenes. Es innecesario decir que el castillo era grande, con largos pasillos y oscuras torres, con habitaciones cerradas y lleno de fantasmas con sábanas que salían por la noche a asustar a sus habitantes. Basta con decir que el castillo era terrorífico para que cada niño cree mentalmente su propio castillo del miedo.

Creerse la historia es vital para convencer a los niños
La entonación, la velocidad en la explicación y el entusiasmo en la narración son premisas clave para el buen cuentacuentos. La teatralidad que cada cual quiera imprimirle y su propia personalidad marcarán la forma cómo el cuento va a llegar a los niños.
Por último, la premisa esencial, fundamental y primera es creer a pies juntillas en la veracidad de la historia y explicar los cuentos con sumo gusto, creyendo en ellos, disfrutando del momento y compartiendo con los niños la maravillosa experiencia de la comunicación.
¿Los mayores, recordáis El Cuentacuentos de Jim Henson? Era un maravilloso espacio que emitía los sábados por la tarde TVE. Un cuento clásico explicado de una forma distinta, que enganchaba a grandes y pequeños. El protagonista era el actor John Hurt, junto con su perro parlanchín y toooooooodos los personajes de sus cuentos. Si bicheais por Youtube los encontraréis todos.
Aquí os dejo una muestra, por si os sirve de inspiración y de muestra. Nada como aprender de un auténtico maestro. Espero que os guste.
Ilustraciones: @Thomas Kinkade
Cuento: The Storyteller - Jim Henson
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